Durante el primer fin de semana de octubre se pudieron visitar dos sitios con valor patrimonial para el barrio Parque Rodó de Montevideo: el Portal Rabú y las galerías subterráneas del ex Asilo de Huérfanos y Expósitos Dámaso Antonio Larrañaga, recuperados para la construcción del edificio de la FIC y del aulario del Área Social y Artística (ASA) de la Udelar.

Además de la visita, se pudo conocer la historia del sitio mediante una exposición fotográfica que recorre la historia del lugar y refleja sus cambios a través del tiempo.

La propuesta nacional del Día del Patrimonio estuvo dedicada a la figura de Amalia de la Vega, en el centenario de su nacimiento, quien fue especialmente homenajeada y su música ocupó un lugar destacado durante ambas jornadas. En este contexto la Comisión de Patrimonio del Ministerio de Educación y Cultura junto a docentes  y estudiantes de la FIC realizaron dos documentales sobre su figura que fueron proyectados en el hall del Portal Rabú.

El sábado en las galerías subterráneas se proyectó la obra de Carolina Zunino, un mapa sonoro interactivo del Palacio Salvo que busca retratar el paisaje sonoro que se genera por la suma de todos los sonidos de ese edificio, buscando brindar una visión democratizadora del espacio y no solamente de los lugares “estéticos” valorados por el turismo. La instalación se compone de la proyección de una silueta de la obra arquitectónica (mapa-retrato sonoro) y un sound toy interactivo con el cual el visitante puede interactuar con la obra.  El domingo se expuso la instalación audiovisual de Lucía Sena, “Territorios electromagnéticos”. Una obra de corte experimental, compuesta por música noise desarrollada a partir de grabaciones de sonido electromagnético y de imágenes fílmicas del Puerto de Montevideo, manipuladas con una estética glitch y post-industrial. Esta instalación es parte de su proyecto de trabajo final de grado en Comunicación. Ambos días se expuso “Habitantes ilustres”, una propuesta dedicada a Martha Gularte, referente del candombe y la cultura afro en nuestro país, que pasó parte de su infancia en el ex asilo.

Durante la tarde del sábado la cooperativa Homoludens desarrolló una propuesta lúdico-recreativa para niños y adultos basada en juegos tradicionales como el trompo, la rayuela y la elaboración de cometines artesanales.

Las actividades centrales del fin de semana estuvieron dedicadas a la música a cargo de la Escuela Universitaria de Música (EUM). Se presentó el Coro de la EUM dirigido por Ana Laura Rey y actuaron los guitarristas Juan Ignacio Rodríguez, William Ojeda e Ignacio Umpierrez.

Las actividades en este fin de semana dedicado al patrimonio permitieron que la FIC abriera sus puertas al barrio, fortaleciendo el vínculo de la comunidad con la nueva Facultad.

Historia del edificio

En 1873 se inició la construcción del Asilo de Huérfanos y Expósitos (niños abandonados o de origen desconocido) en la manzana delimitada por las actuales calles Juan Jackson, San Salvador, Eduardo Acevedo y Gonzalo Ramírez. Dos años después, la obra proyectada por el arquitecto Víctor Rabú estaba finalizada y el edificio en funcionamiento. El Asilo, que en 1910 tomó el nombre del presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, compartía el predio con la Parroquia de Nuestra Señora del Huerto y San José. El conjunto de edificios fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1976.

En 2007 la Udelar adquirió los predios del ex Asilo con el objetivo de restaurar el edificio y desarrollar el Espacio de la Información y la Comunicación y un aulario para el ASA, obra que inició en 2013. De la edificación original se conserva únicamente la entrada por la calle San Salvador: el Portal Rabú, Monumento Histórico Nacional. Su restauración fue incluída en el proyecto por la Dirección General de Arquitectura de la Udelar.

En los 700m² del Portal Rabú se hicieron trabajos de restauración y recuperación de las molduras y los capiteles originales, la puerta de entrada y las aberturas de madera del hall. Este sector se llevó al estado original del edificio, manteniendo la doble altura generada por la ruina. En el subsuelo se mantuvieron las paredes y los arcos descarnados por la propia acción del tiempo. Este sector mantiene el "espíritu de la ruina" como testimonio de una de las épocas que marcó al edificio y al barrio, así lo explica la arquitecta Inés Llorente, proyectista de la obra.

En febrero de 2017 culminaron las obras y se inauguraron la FIC y el Portal Rabú.

La historia del edificio en imágenes: ver aquí.

El Día del Patrimonio 2019 fue organizado por el Ministerio de Educación y Cultura y la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.